PIENSA EN LO QUE ESTÁS PENSANDO
Salmo 119, 15: “En tus ordenanzas quiero meditar y mirar a tus caminos”. La palabra de Dios nos enseña en qué debemos emplear el tiempo pensando. El Salmo 1, 3 dice que la persona que hace eso será: “Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien”.Medita en la Escritura, más cosecharás de la Palabra.
1º.-) ¡Ten mucho cuidado con lo que piensas!: (Mc. 4, 24): “Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces”. Mientras más tiempo pasamos pensando en la Palabra que leemos y oímos, más poder y capacidad tendremos para cumplirla. La mayoría de la gente no se sumerge muy a fondo en la Palabra de Dios, no es una parte muy importante de su vida y dedican poco tiempo o ninguno a meditar en ella.
2º.-) Medita en la Palabra: (Salmo 1, 1-2): “¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, mas se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche!”. Si deseamos hacer lo que dice la Palabra de Dios, tenemos que dedicar tiempo a pensar en ella.
3º.-) La meditación produce éxito: (Josué 1, 8): “No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas”. Si quieres tener éxito y prosperar en todos tus tratos, la Biblia dice que tienes que meditar en la Palabra de Dios día y noche. ¿Cuánto tiempo dedicas a pensar acerca de la Palabra de Dios? El mal puede inyectar pensamientos en mi mente. Cuando pienso en muchas cosas que no tienen importancia, que no vale la pena gastar tiempo en ellas, es posible que el mal esté actuando y esté controlando mi vida porque está dominando mis pensamientos.
4º.-) Piensa en lo que estás pensando: Efesios 2,3): “entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo en medio de las concupiscencias de nuestra carne, siguiendo las apetencias de la carne y de los malos pensamientos, destinados por naturaleza, como los demás, a la Cólera...
No debemos ser gobernados por nuestra naturaleza sensual u obedecer los impulsos de nuestra carne. Necesitas cambiar tu forma d pensar, necesitas pensar en lo que estas pensando.
5º.-) Meditar en la obra de Dios: (Salmo 48, 10): “Tu amor, oh Dios, evocamos en medio de tu Templo”. (Salmo 143, 4-5): “se apaga en mí el aliento, mi corazón dentro de mí enmudece. Me acuerdo de los días de antaño, medito en todas tus acciones, pondero las obras de tus manos”. La respuesta de David a sus sentimientos de depresión y pesadumbre no era meditar en el problema, se enfrentaba al problema, recordando los buenos tiempos del pasado y ponderando los hechos de Dios. No olvides esto: tu mente desempeña un papel muy importante en tu victoria.-
6º.-) Ser transformados mediante la renovación de nuestra mente: (Rom. 12, 2): “Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto”.
Nuestras mentes deben ser transformadas al modo de pensar de Dios, porque por este proceso de pensar nuevo cambiaremos y nos transformaremos en lo que Dios planeó para nosotros.